En el año 1980 me instalé en la ciudad de Zapala, lugar que estaba lleno de posibilidades, de futuro, todo ello tenía al tren como medio esencial de la prosperidad que podía apreciarse en infinidad de casas y negocios que se construían con un entusiasmo asombroso.

Tanta relevancia tenía el tren para el desarrollo de los pueblos que iban naciendo a su vera que el genial Quino lo hizo famoso en una tira que me atrevo a mostrar.

Esta Patria se hizo grande con hombres de la talla de San Martín, Belgrano, Alberdi, Sarmiento y tantos otros hombres con grandeza hasta plasmarse en la Constitución Nacional de 1853 que como decía Alberdi era el puerto seguro que en caso de cualquier borrasca con sólo acudir a sus mandas se llegaría a puerto seguro.

Esos hombres hoy están ausentes y a pesar de estar padeciendo un gobierno que en un tiempo mínimo ha destruido la Nación, el bienestar general que reclama como meta sustancial el preámbulo de la Ley Fundamental fue obviado, pisoteado por los que ejercen el poder de gobernarnos, con la manifiesta intención de hacer trizas el sistema democrático republicano, la división de poderes, el derecho de propiedad privada, la libertad, la igualdad, la idoneidad como recaudo único para ocupar los cargos públicos.