Vivir en el interior neuquino se ha transformado en una triste experiencia plena de omisiones y abandono. Suceden cosas que sólo serían admisibles si el gobierno hubiera sido tomado por terroristas y eso les impidiera cumplir en mínima parte sus funciones específicas.
En los últimos día el petróleo se derramó casi en la ciudad misma de Plaza Huincul, en Cutral - Co la falta de agua entre otros males como la relevante inseguridad tornan difícil a sus habitantes cada jornada, Zapala ha sido amenazada por los cortes de luz en dependencias de educación, salud e incluso justicia, por falta de pago, en San Martín de los Andes y Villa La Angostura los valientes que no migraron deben pelear duro para proseguir a puro pulmón sin apoyo significativo del Estado sus actividades productivas que les permiten sobrevivir.

Que si bien lo narrado muestra lo duro que se ha hecho la vida en el interior una noticia publicada en el diario Río Negro del  10/03/2012, pág. 14, le otorga a la ya precaria situación de los residentes en Rincón de los Sauces - los diez kilómetros de ingreso a la ciudad están sin asfaltar, cuando llueve los portaequipajes se abren y las valijas caen al agua, la ausencia de agua potable es una falencia recurrente, etc. - carácter de drama. En el informe bajo el título "Denuncian que en el hospital de Rincón faltan alimentos" se indica que una crítica situación se plantea en el  hospital de ésta ciudad ante la falta de alimentos para dar de comer a los pacientes, circunstancia que no sólo fue denunciada por los trabajadores del nosocomio sino que cronistas del mismo diario que informa la carencia pudieron comprobar, que las heladeras estaban vacías, al igual que los estantes donde se almacenan  mercaderías, insumos y alimentos, todo ello generado por la deuda que el Estado mantiene con los proveedores remarcando que también se comprobó el mal estado de la única ambulancia que se utiliza normalmente pues una segunda no es apta para cumplir su función específica.
Cuando se llega a este punto teniendo en cuenta el mal estado de las escuelas (Ej. EPET 21 de San Martín de los Andes), hospitales, inseguridad generalizada y todos los males del mundo que afectan al hombre de a pie, las autoridades deben reflexionar seriamente sobre la necesidad de comenzar a gobernar cubriendo con celeridad las carencias básicas que de ninguna manera pueden ser obviadas en una sociedad políticamente organizada.
Las ciudades del interior han sido dejadas a la mano de Dios. El gobierno ha desaparecido y sólo la solidaridad de la gente uniéndose en la desgracia permite que la vida pueda seguir con cierta normalidad.
Urgentemente se impone una redistribución de la riqueza que priorice las miserias del interior neuquino respecto de la vana fastuosidad de los sectores de poder asentados en Neuquén Capital que sin esfuerzo logran un pasar que contrasta con la pobreza del interior y de la mayoría de gente resignada que vive en la gran ciudad neuquina.
Ante estas limitaciones debo concluir que Neuquén no tiene ingresos ni por regalías, ni coparticipación ni por tasas y contribuciones lo que es desmentido por los propios dichos de las autoridades, entonces, si hay recursos deben distribuirse con equidad asistiendo urgentemente a los que menos tienen actuando para que situaciones como la relatada respecto del  hospital de Rincón de los Sauces dejen de ser.
Que definitivamente el gobierno entienda que fueron elegidos para representar al pueblo neuquino no para preocuparse por su propio beneficio sino para concretar el bienestar general tal como lo manda el artículo 1 de la Constitución Nacional.