Vivo en la ciudad de Zapala, Neuquén y desde el mes de marzo de 2020 a causa de la cuarentena decretada por el gobierno que se sumó al aislamiento que había generado la perdida del tren que nos acercaba a Buenos Aires y la eliminación del servicio militar ahora debe agregarse el olvido de los gobernantes de la existencia de esta ciudad patagónica por el cierre de comercios y el desempleo que vino de su mano.

Los representantes que fueron elegidos para proveer al bienestar general, entre otros de este pueblo que no se da por vencido, nos han convertido en invisibles, como decía Alberdi «Somos almas errantes en la soledad del desierto»

Al régimen de Fernández-Fernández este gran país les quedó grande, nadie se ocupa de hacernos al menos una visita de cortesía para apreciar cuales son nuestras necesidades y ya sólo quedamos los viejos y aquellos jóvenes que se han animado a formar una familia y criar hijos, los demás han marchado hacia la capital neuquina intentando encontrar algún trabajo tan escaso en el interior del interior.

Cada vez hablamos menos y cuando lo hacemos el único tema es preguntar si llegó la 2° dosis de la Sputnik V.

Quizás lo que narré parezca exagerado pero muchas veces es necesario resaltar las verdades que no son vistas por los ojos comunes (Alberdi, «Obras Selectas») y así el reclamo sea apreciado por los que mandan con la esperanza que la prosperidad vuelva a mi querida ciudad de Zapala.