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Escrito por hector luis manchini  
Jueves, 18 de Septiembre de 2014 17:34
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En Rio Negro On Line del 17/09/2014 bajo el título “El Casino Magic se instalará en Centenario” se informa: “El intendente de Centenario, Javier Bertoldi, anunció este miércoles que el Casino Magic se instalará en la localidad. Entre el viernes y lunes firmará un convenio con los directivos de la firma. La empresa invertirá alrededor de 20 millones de pesos y se ubicará en la vinculación Jaime de Nevares, entre la segunda rotonda y la chacra municipal. El anuncio lo realizó desde Buenos Aires en diálogo con una radio local”.

Conforme la noticia puesta de manifiesto precedentemente en un radio de pocos kilómetros habrá tres monumentales salas de juegos, una en Cipolletti, otra en Neuquén Capital, ambas espectaculares construcciones lúdicas sobre la ruta 22 y ahora en Centenario, ciudad netamente residencial, que saldrá a competir por el afán de cubrir con las nunca suficientemente satisfechas necesidades de adicción al juego o ludopatía, inversión que genera muchos más perjuicios que beneficios para los vecinos por introducir el apego a los juegos de azar, a la adicción que destruye personas y familias, que lleva a la miseria y al suicidio, a la degradación personal con efectos más graves que la cocaína, marihuana, alcoholismo, en tanto la ludopatía una vez que se instala en el individuo es incurable.

Es llamativo que ni aún en ciudades relevantes como la Capital de Neuquén y Centenario nunca se anuncian con algarabía la inauguración de hospitales de alta complejidad, escuelas de excelencia, un sistema de seguridad que lleve a la población atosigada por hechos de violencia, y en general obras que hagan al bienestar y progreso de los ciudadanos sino sólo Casinos y Salas de Juegos que garantizan adicción, degradación y violencia

A mayor abundamiento destaco que la ludopatía o adicción al juego es reconocida desde 1992 por la OMS como una “enfermedad o trastorno mental” (ICE-10 Manual de Clasificación de Enfermedades Mentales de la OMS), remarcándose que incluso ya había sido identificada de forma similar desde el año 1980 por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, ver Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales).

Como información a autoridades y vecinos de Centenario cumplo en hacer saber además que respecto de este flagelo se ha dicho que: “La persona es empujada por un abrumador e incontrolable impulso de jugar. El impulso persiste y progresa en intensidad y urgencia, consumiendo cada vez más tiempo, energía y recursos emocionales y materiales de que dispone el individuo. Finalmente, invade, socava y a menudo destruye todo lo que es significado en la vida de la persona” (American Psychiatric Association, 1995, “Criterios diagnósticos del juego patológico”, http://www.psych.org/).

Además se ha destacado: “El atractivo de las tragaperras consiste no sólo en la relativa frecuencia con que suenan la monedas al caer, aunque sean en poca cantidad, sino además derrochan músicas, palabras seductoras y colores en movimiento que estimulan y atraen al posible jugador. Quienes han diseñado los programas de las máquinas conocen los mecanismos del comportamiento humano, refuerzan de tal manera la conducta que, quienes padecen alguna debilidad anterior, fácilmente corren el riesgo de convertirse en adictos a ese juego y a otros. Las tragaperras devuelven al jugador un porcentaje fijo del dinero pactado. Pero sepamos que si se juega de forma continuada, se pierde siempre, irremisiblemente.” (ver http://www.adiccionaljuego.com).

Tan grave afección que está haciendo trizas la esencia de nuestra Nación, esto es la familia argentina, requiere su erradicación por administradores, legisladores y jueces valientes y probos, que habrán de luchar denodadamente para que este cáncer comunitario deje de ser.

Última actualización el Jueves, 18 de Septiembre de 2014 17:51