Nunca más será la democracia republicana en Argentina. La Constitución Nacional plena de libertades y garantías ha sido derogada de hecho y en su reemplazo se ha instalado un modelo anárquico y autoritario, pleno de fanatismo, donde es imposible pensar un dialogo para poner un poco de cordura a tanto desatino. Los dictadores no dialogan, imponen, someten, desprecian las instituciones, como se ha dicho no adaptan sus ideas y proyectos a la ley sino que abaten la norma para imponer sus pensamiento a toda costa, a cualquier costo, aunque el abismo esté a dos pasos.

No es una afirmación sin fundamento, una loca idea fatalista determinada por un estado depresivo o secuela de un obstinado pesimismo ante la vida y sus circunstancias, no lamentablemente esta concepción se basa en la observación de actos inconcebibles en una democracia republica como lo es que se presione al Consejo de la Magistratura y al juez subrogante en la causa del Grupo Clarín a tal punto que un jurista de prestigio como el Dr. Tetamantti, sea obligado a renunciar a los fines de allanar el camino para la designación de un magistrado afín al gobierno, que sin duda fallará declarando la constitucionalidad del art. 161 de la ley de Medios y a partir el 7 de diciembre el gobierno reducirá la libertad de prensa a la mínima expresión.

Contrariando la Constitución Nacional el gobierno destituye al Auditor de la Nación no obstante la manifiesta oposición de todos los partidos políticos que piensan diferente al kirchnerismo, los bonos de deuda contraído en dólares no se restituyen en la misma moneda sino que se deben pagar en moneda nacional, esto es papel pintado, en tanto las reservas que sostienen el circulante apenas llegan al 30%, a gendarmes y prefectos además de parte de la armada y policía se los humilla con sueldos de hambre en una acción peligrosa que sólo Dios sabe como terminará.

Los jubilados que reclaman por una justa recomposición de sus haberes son burlados en las pretensiones y aunque se cansen de hacer juicios mueren antes de percibirlos, mientras el dinero de los aportes se invierten en clientelismo, en profundizar la pobreza, pagando altos sueldos a los jóvenes de La Campora que sin aptitudes para hacerlo manejan empresas de alta responsabilidad como Aerolíneas Argentinas.

La frutilla del postre lo constituyó el episodio del periodista Jorge Lanata y su equipo en Venezuela, donde se llega a resignar la soberanía en tanto la embajada argentina no sale a resguardar a sus connacionales, sino que por el contrario se unen a la retención de la autoridad extranjera e imputa sin prueba alguna de manera insólita "provocación de los trabajadores de prensa".

Por lo dicho e infinidad de acciones contrarias a la libertad y al ejercicio normal de funciones del Estado tal como lo conocíamos antes de la instrumentación de esta política de sometimiento del Poder Ejecutivo respecto de los Poderes Legislativo y Judicial, con la mansa aceptación de jueces y legisladores, afirmo sin duda que la democracia republicana tal como está consagrada en la Constitución Nacional ya no existe en la Argentina, ha sido derogada de hecho y quizás nunca más sepamos de sus beneficios.