En una canción de José Larralde que lleva por título "Herencia para un hijo gaucho" el cantautor dice: El respeto debe ser /desde el más chico al más grande/ respete cuando usted mande/ y respete cuando es mandado/ respetar y ser callado/ son virtudes del que manda”

Lo expuesto en el párrafo precedente viene a cuento por expresiones vertidas por el secretario de comercio Sr. Guillermo Moreno que aparecen reproducidas en un apartado que lleva por título "Moreno: Al que no le gusta..." en la página 2 del diario "Rio Negro" del Jueves 22 de marzo de 2012, donde se pone de manifiesto que según lo dio a conocer el diario La Política OnLine, el funcionario en una reciente reunión de empresarios yerbateros que reclamaban un aumento en el precio de la yerba mate para aliviar la situación de los productores , que cortan rutas expresó "Estoy cansado de los polacos ‘pel......’ del interior que vienen a Buenos Aires a hacer reclamos. El precio lo defino yo y al que no le gusta que se ponga en cuatro".

Luego de esa expresión ofensiva y con tinte discriminatorio  ante la alegación de los productores de que tenían el apoyo del gobernador de Misiones, Maurice Closs, la respuesta a los gritos fue: "Decile al gordo "pu..." ese que el que define esto soy yo y nadie más".

Se destaca que estas expresiones fueron expuestas en una audiencia de negociaciones, ejerciendo el Sr. Moreno las funciones de su cargo, circunstancia que agrava las ofensivas palabras remarcadas más arriba.

La entidad de los agravios, descalifican absolutamente al Sr. Secretario de Comercio y tales dichos son ostensiblemente impropios de un funcionario desempeñando su cargo.

Se presume que los gobernantes deben ejercer su autoridad con prudencia y reflexión, siendo la única manera de conseguir algún éxito en la acción de la autoridad que pretenda lugar un acuerdo justo y civilizado.

Si bien el Sr. Moreno es amigo de estas expresiones ofensivas para imponer su autoridad en cualquier ámbito, corresponde a quien lo mande, esto es la Sra. Presidente de la Nación,  adoptar las medidas que sean menester para que el citado funcionario se abstenga de proferir insultos, agravios y ofensas, es decir guarde el debido respeto que naturalmente corresponde al rol que desempeña y a elementales reglas de buena educación.