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Escrito por hector luis manchini  
Domingo, 26 de Junio de 2011 23:22

La filosofía del empoderamiento tiene su origen en la educación popular desarrollada  por Paulo Freire. Margaret Shuler, socióloga estadounidense quien identifica el empoderamiento como un proceso por medio del cual las mujeres incrementan su capacidad de configurar sus propias vidas y su entorno, una evolución en la concientización de las mujeres sobre sí mismas, en su estatus y en su eficacia en las interacciones sociales, remarcando que el empoderamiento femenino implica la autonomía de las mujeres para decidir sobre sus vidas y la movilización para identificar sus intereses y transformar sus relaciones, estructuras e instituciones que les limitan y perpetúan su situación de subordinación.(Ver www.tnrelaciones.com).

Que si apreciamos lo que ha sucedido en la provincia del Neuquén, particularmente en el Poder Judicial, podemos decir que las damas en el Estado neuquino han superado, con creces, cualquier tipo de limitación que restringía su actuar, al menos en el campo de las relaciones laborales en cargos jerárquicos.

Para demostrarlo tomaré solamente dos ejemplos que pueden consultarse en http://guillermoberto.files.wordpress.com. Así en el concurso para cubrir dos cargos en la Cámara de Apelaciones en Todos los Fueros de San Martín de los Andes, previa a la entrevista final por el Consejo de la Magistratura han quedado en los cuatro primeros lugares tres damas y un solitario varón.

Que quizás lo más llamativo es el caso del cargo para Juez de Familia de la ciudad de Neuquén. En este supuesto, luego del examen de antecedentes,  siguen hacia la próxima etapa seis postulantes, todas mujeres.

Sin duda es llamativo que ningún varón se haya presentado a concursar en un cargo de importancia relevante como lo es el de Juez de Familia y así la figura del hombre en este fuero está desapareciendo, sin culpa alguna de las damas obviamente. El varón ha dado un paso al costado en esta materia, lo cual no es bueno ya que la relevancia de la figura masculina junto a la femenina trabajando lado a lado,  en esta materia es esencial -según mi modesto criterio - por la distinta percepción que sobre el punto tienen uno y otro género.

No obstante también es preciso destacar que el hombre paulatinamente se va alejando de la administración de justicia. Hoy al ingresar a un juzgado desde la jefa de mesa de entradas hasta la titular del organismo, son damas apareciendo por allí algún juez o empleado aislado.

Estimo que es un fenómeno para reflexionar. Así como las damas portan un bagaje importante de ciencia y presencia, sería deseable que el varón sea atraído nuevamente por la noble tarea de administrar justicia y sin duda debe haber elementos sociológicos, psicológicos y de otra índole, que han determinado la manifiesta ausencia del varón en el Poder Judicial, apareciendo interesante que el tema se convirtiera en materia de estudio por los encargados de llevar  a la práctica la política judicial neuquina, a los fines de restablecer el equilibrio en materia de género que se está perdiendo de manera manifiesta