Cuando un amigo se va Imprimir
Escrito por hector luis manchini   
Jueves, 15 de Agosto de 2013 17:27

En mis 66 años la vida me otorgó el privilegio de toparme con infinidad de personas amables, generosas, solidarias, atentas, siempre listas para la mano tendida o el abrazo fraternal.

Amigos que me acompañaron y acompañan en esta bella aventura del día a día donde las verdes se compensan con las maduras, donde las mas oscuras noches se olvidan con cielos blancos de estrellas, donde el rumor del arroyo nos trae a la memoria a aquellos hombres y mujeres de fierro que estuvieron a nuestro lado en cada pena y también en las jornadas plena de triunfo y alegría.

Los avances tecnológicos han hecho el milagro que te llenes de amigos por medio de internet, mails que actúan como compinches de la relación de afecto de esa amistad lejana con la cual intercambiamos inquietudes, esperanzas y realizaciones.

Mas la vida es presurosa y el avance sin pausa del paso de los jóvenes brillantes y exitosos hace que muchas veces ese intercambio que era común, casi cotidiano, cese porque es absolutamente necesario dar un paso más hacia la cima que nos aleja del amigo preciado.

Hoy una querida, brillante y joven amiga debe dar un paso más que nos aleja indefectiblemente y por ello la tristeza y el lamento, pero también la alegría de saber que su ausencia en mis mails serán recompensadas por su satisfacción de asumir una responsabilidad relevante en este apasionante mundo del derecho y la justicia.

Realmente no creo que cuando un amigo se va quede un espacio vacío sino que vive por siempre en nuestro corazón a la vez que lo guardamos cuidadosamente en el arcón de las buenas cosas.