Escrito por hector luis manchini  
Domingo, 01 de Julio de 2018 13:26
logo rusia 2018

Dijo Alejandro Magno "No tengo miedo de un ejército de leones dirigidos por una oveja; tengo miedo de un ejército de ovejas dirigidos por un león", inmediatamente apareció en mi mente la relación del posible motivo del  fracaso de la selección argentina en Rusia 2018.

En efecto los argentos hemos visto jugar a los mismos jugadores que salieron a la cancha en los cuatro partidos de este mundial, siempre con la misma actitud, esto es peleando cada pelota como si fueran leones,esos que consiguieron tres subcampeonatos, uno del mundo y dos de Copa América que se perdió por penales, destacando que en cada uno de esos logros el equipo fue guiado por directores técnicos que enfrentaron el desafío con garra, con fiereza y conocimiento nacido de mil batallas futboleras; en cambio ésta vez los jugadores lucharon de la misma manera que lo hicieron cuando obtuvieron los logros precitados con la diferencia que en este mundial el DT no tenía el temple, ni la decisión de los managers anteriores, al principio su interés se centró en costosos viajes en avión con los cuales recorrió toda Europa visitando jugadores como por ejemplo Mauro Icardi que nunca convocó, en un segundo momento a pesar de lo que decían sus palabras no armó un equipo competitivo, sino confundido por sus permanentes cambios de criterio y “tácticas” omitiendo concebir un plan concreto y definido que diera identidad a la selección nacional y finalmente todo su plan táctico se simplificó en cargar en un Messi que acabó con la depresión de los falsos 9, circunstancia que lo colocó en su más baja perfomance de  los mundiales en que intervino.

Lo que más resaltaba del DT era su apariencia, con brazos tatuados, su gusto por las remeras tres talles menos y por la música de Callejeros y el Indio Solari especialmente, de fútbol ni una palabra, hecho que se reflejó en las charlas antes o después de los partidos formuladas con palabras tan incomprensibles como los timoratos planteos que acabaron tornando en pataduras a estrellas del fútbol mundial.

Así resultó  que una oveja temblorosa e indecisa destruyó el ánimo de los futbolista  y su habitual calidad técnica debiendo resignarse a retornar en la primera vuelta.