Nada que celebrar Imprimir
Escrito por hector luis manchini   
Sábado, 19 de Enero de 2013 08:51

messi balon de oro gonza rodriguez

Imagen de Gonza Rodriguez

 

Las celebraciones tienen lugar cuando sucede un hecho que constituye un éxito indudable ante una gestión determinada. Esto es cuando se llega al triunfo tan anhelado luego de haber encarado un emprendimiento desafiante, cuando se vence a contrincantes de valía y como demostración de la relevancia de lo logrado, el grupo ya sea la familia, el barrio, la ciudad, la Nación toda - según el caso - decide acompañar al vencedor en la victoria.

Así vale el festejo del pueblo por haber conseguido Lionel Messi su cuarto balón de oro, primer deportista en obtenerlo en la historia del futbol mundial, con esfuerzo y talento, apoyado por la familia que siempre está, su compañera, su pequeño hijo a su lado, rodeado de los mejores amigos, agradecido con el club que lo contiene y haciendo maravillas con ese don que Dios le obsequió y que agregó a un juego noble y divertido la belleza que dibuja su zurda generosa, mágica, guiada por un corazón tan enorme como su humildad.

Porque lo más destacable de Lionel Messi es su humildad, tan clara, nítida, espontanea, porque él sabe como todo hombre sabio que jugar al futbol es su rol, su trabajo, su función, que necesita de la colaboración de sus compañeros que lo ayudan en su quehacer y a ellos y a su familia y amigos que lo celebran, les dedica sus reiterados títulos y trofeos.

Así la cosas y expuesta una circunstancia que justifica el festejo espontáneo, visceral, me da pena la convocatoria a celebrar la dura experiencia de los marinos argentinos retenidos largos días en Ghana por groseros errores del Gobierno Nacional que frustró el fin de fiesta que merecían los egresados de la Escuela Naval Argentina, luego de años de estudio y formación profesional.

Obviamente cada novel oficial y los auxiliares que integran la tripulación de la fragata Libertad festejará con su familia, compañeros y amigos estar en casa sanos y salvos, la gente acudirá a su arribo a puerto para admirar a nuestro buque insigna y saludar a los marinos, como es natural y siempre sucede, pero increíblemente lo narrado fue convertido en un acontecimiento político, un logro más de la Señora Presidente y así a modo de celebración determinada, se reunirán 200 naves que escoltaran la llegada de la fragata, que ya no será en Buenos Aires sino en Mar del Plata en el pico de un tórrido verano pleno de turistas, con la fiel asistencia de una multitud de jóvenes de La Campora y en los afiches que exhiben los distintos medios aparece una joven e impetuosa imagen de la Sra. Presidente como mascaron de proa señalando hacia donde debemos dirigir nuestros pasos.

Pienso que no hay nada que celebrar, ya fue suficiente frustración la retención de la fragata en un país lejano por errores de los que mandan. Dejemos a los noveles marinos en paz, con sus familias disfrutando merecidamente todo el afecto de sus seres queridos.

Última actualización el Martes, 22 de Enero de 2013 08:46