Sin sol ni perfume a rosa Imprimir
Escrito por hector luis manchini   
Jueves, 23 de Agosto de 2012 21:41
cielo nublado

Hace poco el que firma ponía de manifiesto que la Cámara de Diputados de la Nación avanza en el proyecto de despenalizar el consumo de drogas y agregaba que no dudaba en afirmar que se trata de una iniciativa desatinada, contraria al interés general.

La afirmación precedente aparece corroborada por una excelente nota de Julián Obiglio titulada "Despenalización de la droga: una mala decisión" publicada por el diario Río Negro, del 15/08/2912, pág. 18 donde se indica que: "La ONU confirmó que nuestro país ostenta el mayor número de consumidores de cocaína de Latinoamérica: el 2,6 % de los argentinos la consumen mientras que el promedio para el resto el continente es del 1 %"

El dato me asombró y reafirmó mi convicción que el Congreso de la Nación debe desechar la consideración de cualquier tipo iniciativa que concluya con una norma que legalice en cualquier medida el consumo de drogas.

En el artículo precitado su autor expresa: "En conclusión, la discusión en torno a la despenalización de la tenencia de drogas no debe darse sin considerar que las decisiones que se tomen tendrán consecuencias sobre terceros ajenos al consumidor. La droga no sólo daña al adicto sino que además destruye familias, aumenta el delito, corrompe a las instituciones  y a sus funcionarios. Pese a todo ello, no debemos omitir que el consumidor es uno de los eslabones más dañados de una cadena plagada de delitos y complicidades oficiales".

Aquí aparece oportuno remarcar que Argentina ya padece tres adicciones -el alcoholismo, el tabaquismo y la ludopatía -que se generan en actividades o productos que son admitidos por la ley y que son causa, en múltiples ocasiones, de sucesos desgraciados que van desde la violencia familiar hasta la muerte del adicto y en este momento de crisis social legalizar drogas como la marihuana o la cocaína es absolutamente inadmisible.

Incluso me atrevo a decir que es criminal alentar el consumo de drogas mediante la despenalización y que por el contrario corresponde adoptar por las autoridades medidas que tiendan a disminuir el elevado consumo de estupefacientes que hoy sin legalizar le resta vida y ganas al 2,6% de los argentinos.

En el sentido indicado más arriba se ha dicho: "Aquí vemos entonces cuánto hay por hacer en relación a la cultura de consumo, exitismo y blindaje emocional que allana el camino a drogas como la cocaína, además de perseguir narcos y curar hombres y mujeres caídos en la pesadilla de la adicción. No hay mejor remedio que el entusiasmo y las ganas de vivir cuando de calidad de vida se trata. Más entusiasmo, menos droga. Más luz, menos oscuridad." (Ver "El dulce veneno de la Cocaína", por Miguel Espeche, www.lanación.comdel 16/08/2012)

En suma despenalizar el consumo de drogas sería defraudar por los representantes del pueblo la fe que la gente ha depositado en ellos en el sentido de abstenerse de dictar leyes impertinentes, que de alguna manera afecten su vida diaria, su salud y la de su descendencia. Sería en suma un abuso del rol que se les ha confiado, una burla con sabor a tragedia y la luz por la que clama Miguel Epeche ya no será, el gris y la oscuridad serán dueños y señores de este noble país sin suerte.

Como dice el poema "El reino de cualquier cosa/Discepolo, la anarquía/y grises serán los días/sin sol ni perfume a rosa"

Última actualización el Sábado, 01 de Septiembre de 2012 11:23