Por una justicia de excelencia Imprimir
Escrito por hector luis manchini   
Miércoles, 26 de Octubre de 2016 21:12

En momentos en que el Poder Ejecutivo está actuando con entusiasmo y efectividad en varios frentes y la Legislatura ha dejado ser una escribanía del Departamento Administrativo para desentrañar y discutir los problemas más relevantes que nos aquejan así como promover las negociaciones y diálogos propios de un régimen republicano serio que está comenzando a funcionar luego de un largo letargo con un destacable respeto de las ideas e inquietudes de todos, sin soberbia y con fundamentos respetables ausentes en el gobierno kirchnerista, la justicia, salvo un par de jueces y fiscales aislados, está brillando por su ausencia, su lentitud la falta de presencia, de actividad en un mar de casos que involucra a casi la totalidad de miembros de la Administración anterior haciendo persistir la lamentable protección, el ominoso encubrimiento de hechos que deben investigarse con urgencia pues hay sospechas suficientes de ilícitos trascendentes y algunos son hechos públicos y notorios de lavado de dinero, malversación de fondos públicos, narcotráfico, y crímenes de todo tipo que han dejado a funcionarios de todas las instancias fortunas inmensas, que ostentan bienes que jamás podrían haber adquirido con el austero ejercicio del empleo público.

Así mientras el país está atascado por tener las arcas del tesoro vacías, y el pueblo vive en la más injusta miseria, los responsables de los males que padecemos transcurren los días en sus lujosas mansiones, viajando por el mundo o justificando sus tropelías injustificables con cara de póker, la justicia actúa con exasperante lentitud como lo destacan en distintos medios dirigentes políticos relevantes como Margarita Stolbizer o Elisa Carrió remarcando las citadas la importancia de llegar a la verdad como recuperar el dinero robado

Por ello señores Jueces y Fiscales el fiel cumplimiento de su rol implica que con rapidez, valentía e idoneidad pongan manos a la obra y quizás el país, el pueblo, pueda decir con orgullo de una justicia de excelencia