Homenaje a Michael Rinke

Luego de 8 meses de ausencia me reencontré con San Martín de Los Andes, sus calles plenas de rosas multicolores, árboles imponentes, montañas que se hunden en el Lacar, el camino de los 7 Lagos, el sol y el celeste cielo, los lugares dé siempre y lo más importante la gente, los amigos de años que busqué ansioso y fue abrazo en cada encuentro.

Una maravilla, conforme lo esperado, más una sensación de gris me perturbaba intensamente, me interrogué mil veces que pasaba hasta que al día siguiente en el almuerzo en el restaurante acostumbrado en medio de la charla alguien menciona las desventuras de los últimos tiempos y dice de la tragedia que inconscientemente me mostraba una ciudad sufriente y llorosa, inconsolable, pues un día de agosto había perdido a Michael Rinke, uno de sus artistas de mayor talento, referencia absoluta del acogedor pueblo recostado a orillas del Lacar, mi amigo entrañable, generoso, genial, tibio y tierno en el amor a su hija, único, esa clase de tipos que nacen de vez en vez, llenan la vida de belleza infinita, esos que cuando se van de este mundo, por mérito de su obra, de sus argumentos, de sus razones, de sus ideas, de su libertad, dejan el sitio en que vivieron infinitamente mejor que como lo encontraron, seres que cuentan con el don de hacer espléndido, armonioso, brillante, el momento compartido, la obra encarada, el lugar que le ha tocado.

Difícil salir de la conmoción, Michael era esa clase de personas que uno piensa que vivirán para siempre, que la magia de su arte sin restricciones plasmado en fotos, filmaciones, esculturas, y lo que fuera la hacían inmortal, eterna y allí estaría hasta los tiempos de nunca jamás.

Por ello es que hoy me duele caminar las calles que anduvimos juntos, sentarme a las mesas de los bares que compartimos, revisar tus fotos y trabajos que hoy llevan lágrimas a mis ojos y dolor al corazón.

Para aquellos que te conocieron y en especial los que no supieron de tu hacer cumplo en consignar una ínfima parte de tu obra en www.derechodelavictima.com.ar, es homenaje a mi amigo, al gran artista que amó a San Martín de Los Andes, su refugio y el de su mayor orgullo, su hija, eximia esquiadora como él lo fue, su lugar en el mundo tan preciado.

Hoy es duelo por tu extemporánea partida, los seres queridos mueren cuando uno se entera que ello ha sucedido y así es en mi caso, para mí te fuiste ayer aunque en verdad ello ocurrió el 25 de agosto del corriente a los 57 años de una vida orejana, un hombre sin dueño, que se mantuvo a talento puro, que vivió de sus manos, que fue exclusivo titular de cada uno de sus días.

Un abrazo flaco, nos estamos viendo.