En el diario www.lanación.com del 14 de febrero del 2012 se informa que la nueva presidente de Petrobras, es la Ingeniera Graça Foster, la primera mujer que dirigirá al gigante estatal, donde comenzó su carrera como pasante, después de haber trabajado juntando cartones y latas para sobrevivir en una favela carioca.

"Hace más de 30 años que andamos juntas, mi credencial y yo. Aquí todos los días, registro un capítulo más de mi historia. Una historia que ya cuenta con más de diez mil capítulos", señaló Foster, aferrada a su tarjeta de identificación de la empresa, en la que ingresó en 1981, mientras desde la primera fila era aplaudida por la presidenta Dilma Rousseff, sus ministros de Economía y Energía, el presidente de la Cámara de Diputados, varios gobernadores y un numeroso grupo de empresarios" (www.lanación.com, ya citado).

Varias veces he puesto por escrito, siguiendo la enseñanza de Juan Bautista Alberdi, que el elemento más importante para el desarrollo de un país en todos los ámbitos, esto es institucional, económica, social, político etc., es sin duda la calidad humana de sus habitantes.

Alberdi ya decía que los gobernantes se equivocaban cuando sostenían que Argentina tenía un futuro brillante, inigualable con fundamento en los bienes de toda clase y calidad con los que Dios bendijo a esta tierra, ya que sin un pueblo laborioso los recursos se quedarán sin ser aprovechados o se entregarán al extranjero por monedas.

Más adelante el diario La Nación en la nota que comento dice: "No son pocos los directores de Petrobras que todavía temen cuando ella los manda llamar a su oficina del piso 23, donde tiene colgado un gran calendario con fechas de entrega de obras y plazos para la presentación de informes que exige cumplir sin excusas. Incansable y disciplinada, llega a las 7.30 al trabajo y suele salir después de las 8 de la noche. Fue una de las primeras mujeres en trabajar en una plataforma petrolífera en Brasil, y desde 2007 era directora de la división de Gas y Energía, donde desarrolló combustibles de biodiésel y promovió la construcción de plantas de energía a gas. Bajo su gestión, la división pasó de tener un déficit de 760 millones de dólares en 2007 a ganar 1700 millones de dólares el año pasado".

En el acápite anterior aparece una notable diferencia con el despacho de los directores de cualquier empresa del Estado o departamento de gobierno en Argentina. La Sra. Forster no tiene en la pared un megacuadro de la Sra. Presidente de Brasil sino un calendario de fechas de entrega de obras y plazos, que deben cumplirse estrictamente bajo su riguroso control

En el despacho de la Ingeniera Graca Forster sólo se respira trabajo, cumplimiento del deber y eso porque esta extraordinaria mujer no le debe nada a nadie, no accedió a la presidencia de Petrobras por tener amigos, parientes o compromisos con el poder sino por su reconocida idoneidad para del cargo que ha sido designada.

Por eso llega temprano al trabajo y se va tardísimo, trabajó en una plataforma petrolífera, contribuyó con honestidad y ciencia a multiplicar los ingresos de la compañía en que trabaja y por ende de su Patria.

En su vida personal se remarca que el diario británico Financial Times la destacó como una de las 50 mujeres de negocios más importantes del mundo, tiene una hija médica de su primer matrimonio y un hijo periodista de su actual marido, el empresario Colin Foster. Es, además, abuela de una adolescente que suele acompañarla a la oficina, orgullosa de su abuela.

Una vez más se demuestra que la riqueza no está en el suelo sino en el hombre y la mujer que hace un inteligente aprovechamiento de los bienes, todo ello en una comunidad que prioriza en todos los aspectos de la actividad humana al mejor, al más idóneo para ejercer la función que sea.

Buen ejemplo para tener en cuenta por los gobernantes argentinos - nacionales y provinciales - y así apreciando como meta esencial la grandeza del país y el bienestar del pueblo dejando de lado amigos, parientes y adulones, designe en cada función, en cada cargo en cada responsabilidad, a la persona que por su manifiestos méritos sea la adecuada.